En nuestra querida ciudad han existido muchas personas que han luchado, defendido y amado a Guadalajara. Una de ellas, fue, sin lugar a dudas, José Pradillo Moratilla. ‘El Pradi’, como le conocían sus miles de amigos. Nació el 21 de mayo del año 1896, en el barrio de origen árabe de Budierca; llamado así por ser una zona muy húmeda y de múltiples manantiales en Guadalajara.
    Desde muy pequeño se sintió muy atraído por la pintura y las artes, ya que su padre poseía un comercio de pinturas y droguería, en el número 10 de la Calle Mayor Alta, e igualmente  un taller de pintura, en la calle Horno de San Gil. Siendo muy joven ingresó como voluntario en la Aeronáutica Militar y resultó herido muy grave, como consecuencia del incendio del globo  ‘Alfonso XII’, en el parque de Guadalajara. Debido a su extraordinario valor y peripecia en este suceso le fue impuesta la Cruz de Plata del Mérito Militar.
    En el año 1926, José Pradillo obtuvo la plaza de Inspector de la Guardia Urbana de Guadalajara, en la cual estuvo ejerciendo este cargo durante tres años, ya que pediría la excedencia al superar las pruebas como Administrativo en el mismo organismo público. Fue en el golpe militar del 18 de julio del año 1936 cuando tuvo que retornar a su puesto de Jefe de la Policía Urbana y compaginar este puesto con las labores de protección del Patrimonio Artístico y conservación de los refugios antiaéreos del subsuelo de la ciudad.
    Fue a partir del año 1943, cuando el alcalde de aquella época, Enrique Fluiters Aguado, le nombra director del Archivo Municipal, cargo que ocuparía hasta su jubilación como funcionario. Una de las anécdotas mas curiosas dentro de su dilatada carrera profesional se produjo en el año 1951  cuando el inolvidable alcalde, Pedro Sanz Vázquez, le encomendó la puesta en marcha y funcionamiento del Coso Taurino de Las Cruces, totalmente declarado en ruina y sin celebración de festejos taurinos. En un tiempo récord, José Pradillo, y con la colaboración del empresario de la carpintería Ramón Sanz, se desplazaron a la localidad soriana de Almazán y adquirieron todo el material necesario para construir unas gradas de madera. Posteriormente y con la colaboración del Ayuntamiento de Cifuentes, que cedió gratuitamente las barreras de su coso taurino, la plaza pudo utilizarse en las Ferias y Fiestas de ese mismo año, con la celebración de una corrida de toros, una novillada y el espectáculo cómico” el ‘Empastre’.
    Otra de las facetas que entusiasmó a José Pradillo Moratilla fue la literaria, publicando en el año 1957 el libro Guión para visitar Guadalajara. Su edición se agotó inmediatamente en las librerías, por lo que acertadamente en el año 1993, el Ayuntamiento presidido por José María Bris Gallego, la volvió a editar con el nombre de Un día en Guadalajara. Sin lugar a dudas, una auténtica joya que muestra los monumentos de Guadalajara, con dibujos incluidos del propio autor. No sucedió lo mismo, con su obra magna: Guía histórica de Guadalajara, en la cual se daba a conocer el porqué del nombre de las calles de Guadalajara y que la corporación municipal prometió publicar en sesión plenaria del año 1973, cuando hubiese crédito disponible... Pero cosas de la vida, a día de hoy, esa obra no ha visto la luz.
    El 9 de febrero del año 1979 y a los 82 años de edad, José Pradillo fallecía en su domicilio de la calle Antonio del Rincón. Su ciudad de Guadalajara le rindió un homenaje el 26 de abril del año 1999, con la designación de una calle de la ciudad con su nombre, junto a la calle Juan Diges Antón.