El 22 de febrero de 1916 el alcalde de Guadalajara, Miguel Fluiters, anunció a bombo y platillo que la prestigiosa empresa automovilística La Hispano Suiza tenía la intención de instalarse en la ciudad para la construcción de vehículos de lujo y motores de Aviación Suiza V-8.

Y efectivamente la empresa comenzó su producción dos años después en un edificio construido con ladrillo visto y con diseño modernista en la carretera de Marchamalo con una plantilla formada por cuatrocientos trabajadores. En 1920 la factoría recibió la visita del monarca Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia, lo cual supuso un verdadero impulso para la construcción de nuevas naves de producción junto a la vía del tren. 

En el año 1943 la Hispano decidió trasladar su producción y su plantilla de trabajadores a Sevilla por lo que vendió sus naves al Estado y aunque en un principio el Consejo de Ministros aprobó esta decisión, al año siguiente el Ministerio del Aire anuló la decisión. Este mismo Ministerio autorizó la venta de las instalaciones que pasó a manos privadas convirtiéndose en la fábrica de Aceros del Henares que se dedicaba al reciclaje de hierros y chatarra para convertirlos en piezas de acero templado. 

En el año 1978 cesó la actividad quedando el precioso edificio en un total estado de ruina y abandono que es como sigue en la actualidad.