Comenzamos esta nueva aventura en Noticias de Guadalajara, recordando los lugares antiguos de Guadalajara que han desaparecido o han modificado su estructura. Hoy vamos a recordar a un barrio que fue de Guadalajara y que el avance y desarrollo de la ciudad provocó su desaparición. Fue el llamado Cerro del Pimiento, situado en una zona montañosa de la ciudad y que, a día de hoy, es ocupado por el Instituto de Enseñanza Buero Vallejo y la parroquia de San Pascual Bailón.

    El barrio comenzó a fraguarse en el año 1929, en unos terrenos que pertenecían a la familia de Emilio Gutiérrez Mozas y que se componían de huertos, viñas y arbolado. Sus moradores eran familias humildes, siendo su propietarios los que se encargaron de construir sus viviendas, todas de planta baja. Las calles fueron denominadas como Era Alta, Balconcillo, Miralcampo, La Guarrina y Lavadero; calles que jamás conocieron el asfalto y es por ello que el paso de vehículos provocaba una gran polvareda en días secos y grandes barrizales en días húmedos.
     La base fundamental de la barriada era el Lavadero de la Antigua, llamado así por encontrarse muy cerquita del Santuario donde se encuentra la imagen de la Patrona de Guadalajara. Un lavadero enorme, en el cual el denominador común era el  fuerte olor al añil, mezclado con los aires del agua.
    Existía igualmente entre los vecinos de la barriada una palabra sagrada para todos ellos: La solidaridad. En la entrada de las puertas no existían cerraduras, solo había cortinas para evitar la entrada de calor en verano y el frío en invierno.
    Una de las fechas más esperadas en el barrio eran las Navidades. Desde el mismísimo 8 de diciembre se comenzaba a tocar la zambomba y ya no se descansaba hasta la llegada de los Reyes Magos. Tradicional era la despedida del año en la Plaza Mayor del Ayuntamiento, con las típicas uvas y  la sidra, ya que el precio del cava era prohibitivo para las humildes familias de la barriada.
    Famosas eran las coplillas que cantaban los mozos del barrio tras la llegada del nuevo año y que alguna de ellas sonaba así:

    Somos los del barrio de la Guarrina,
    la gente más fina que el mundo parió,
    tan pronto robamos gallinas,
    que sacos de harina y de arroz”

    Fue a partir del año 1960 cuando comenzó la desaparición del barrio con la expropiación de las viviendas para dar paso al desarrollo urbanístico de la ciudad. Fue el 4 de septiembre del año 1999 cuando el Ayuntamiento decidió levantar un monolito, junto al Instituto Buero Vallejo, para recordar lo que en su día fue el maravilloso barrio del Cerro del Pimiento.