
El apagón que unió a la provincia en torno a una ‘luz’ que no venía del enchufe
Un apagón sin precedentes puso a prueba este lunes la resiliencia de la provincia de Guadalajara, pero también sacó a relucir una luz que no dependía del suministro eléctrico: la de la colaboración ciudadana.
FOTO: IVÁN SERRANO
El corte, que afectó a gran parte de la península ibérica, se inició poco después de las doce y media del mediodía en Guadalajara, interrumpiendo bruscamente la rutina en hogares, comercios, oficinas y carreteras durante un periodo que en algunos puntos alcanzó las 13 horas.
Según las primeras informaciones, la causa fue una caída abrupta de 15 gigavatios en la red, un hecho cuyo origen investiga ya la Audiencia Nacional, barajándose una hipótesis de fallo en la generación solar y descartándose un ciberataque.
La escena se repitió en la capital y en los pueblos: establecimientos con las persianas bajadas, supermercados con largas colas donde solo se aceptaba efectivo y ferreterías desbordadas por la demanda de pilas y linternas. En muchos hogares se recuperaron las cocinas de butano y las estufas tradicionales; en zonas rurales, volvieron a encenderse chimeneas y braseros. Ante la caída de Internet y de las redes móviles, las radios a pilas se convirtieron en el canal de información más fiable, uniendo a vecinos en plazas y terrazas donde se compartían noticias con calma y civismo.
El transporte también sufrió graves alteraciones. Varios cientos de pasajeros que viajaban en un AVE con dirección a Madrid, entre los que se encontraban también algunos niños y gente mayor, se vieron afectados y tuvieron que ser evacuados a varios puntos de la capital alcarreña ante la imposibilidad de continuar el trayecto en tren a Madrid. El cercanías quedó totalmente cortado por la falta de suministro. La Dirección General de Tráfico recomendó evitar desplazamientos no esenciales ante la falta de operatividad de cámaras y paneles. El comercio local afrontó cierres y pérdidas económicas significativas.
FOTO: IVÁN SERRANO
La coordinación institucional resultó clave en la gestión de la crisis, que a nivel nacional fue dirigida por el Ministerio del Interior (nivel 3). El Gobierno de Castilla-La Mancha activó a las 13:15 horas el Plan Territorial de Emergencias (PLATECAM), coordinado desde Toledo. En Guadalajara, el Ayuntamiento hizo lo propio con el Plan Municipal (Platemun), habilitando puntos informativos y prestando apoyo a personas mayores.
Como medida de precaución, la Consejería de Educación tomó la decisión de suspender la actividad lectiva en todos los centros educativos públicos de la región para este martes. Esta medida buscaba garantizar la seguridad de alumnos y docentes ante la incertidumbre del restablecimiento total del suministro eléctrico y las posibles complicaciones en las comunicaciones y el transporte. No obstante, las guarderías y otros servicios municipales esenciales sí mantuvieron su actividad.
Los servicios de emergencia se movilizaron de inmediato. A nivel nacional, se desplegaron más de 30.000 agentes de Policía Nacional, Guardia Civil, bomberos, Protección Civil y Cruz Roja. En Guadalajara, Policía Local y Nacional, Guardia Civil, bomberos y voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja trabajaron sin descanso para garantizar la seguridad vial sin semáforos, rescatar a personas atrapadas en ascensores —algunos vecinos necesitaron ayuda para subir hasta ocho pisos a pie— y atender centenares de incidencias comunicadas al 112, que gestionó miles de llamadas a nivel regional sin que se produjeran emergencias sanitarias graves.
El Hospital Universitario de Guadalajara, al igual que otros centros sanitarios y residencias de la provincia, mantuvo su actividad esencial gracias a sus grupos electrógenos, con una autonomía estimada de hasta una semana. El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, confirmó que, aunque se pospusieron citas no urgentes, la atención a pacientes críticos o vulnerables no se vio interrumpida.
La electricidad comenzó a restablecerse progresivamente durante la tarde y noche del lunes. En la capital, el suministro se recuperó en torno a las doce y media de la madrugada del martes. A esa hora, Red Eléctrica comunicó que la demanda estaba prácticamente cubierta y todas las subestaciones de la red de transporte operaban con normalidad.
La gestión municipal fue activa y crucial para mitigar el impacto. Numerosos ayuntamientos se movilizaron para conseguir combustible y activar generadores que mantuvieran servicios básicos como el suministro de agua potable, afectado en varias localidades por la parada de las bombas de impulsión. Gracias a ello, centros de salud, residencias y viviendas tuteladas pudieron seguir atendiendo a la población más vulnerable.
En Azuqueca de Henares, el alcalde, Miguel Óscar Aparicio, destacó la “jornada complicada pero tranquila” y la labor de los servicios de emergencia en rescates y atención a dependientes. En Marchamalo, el Ayuntameinto estuvo permanentemente en contacto y colaborando con las Fuerzas de Seguridad del Estado. Los voluntarios de Protección Civil ocuparon un papel destacado distribuyendo agua potable a comunidades de vecinos afectadas por la falta de bombeo. En Cabanillas, el Consistorio siguió la estrategia de todos los grandes ayuntamientos de la provincia que, como éste, activaron el Plan de Emergencia Municipal. Además informó a la población mediante vehículos con megafonía.
En Horche, la rápida gestión municipal para incorporar generadores evitó problemas graves en el suministro de agua a la zona alta. En Fontanar, aunque el Ayuntamiento lamentó actos vandálicos aislados, destacó el trabajo de Protección Civil, que atendió las necesidades de las residencias locales. En Chiloeches, Protección Civil colaboró para asegurar la correcta conservación de medicamentos esenciales en el centro de urgencias. En Sigüenza, donde la luz regresó paulatinamente por la tarde, la alcaldesa, María Jesús Merino, supervisó personalmente infraestructuras clave, sin registrarse incidencias graves.
En Molina de Aragón, el equipo de gobierno aseguró combustible para los generadores y prestó asistencia específica a personas con discapacidad. En Cifuentes, el Ayuntamiento apoyó al Centro de Salud y a la vivienda tutelada, vigiló los depósitos de agua y se realizaron traslados de pacientes. En Trillo reforzó la atención en la Residencia Fuente Alegre, facilitando gasoil para su generador y ayudando a subir a residentes por las escaleras. En Brihuega, garantizó el funcionamiento del Centro de Salud y facilitó el regreso a sus hogares de los usuarios del Centro de Día.
En Pareja, instaló un generador en la vivienda tutelada y se mantuvo el Ayuntamiento abierto para permitir la recarga de dispositivos móviles. En Yunquera de Henares, el Consistorio informó puntualmente de la suspensión de clases y actividades sanitarias no urgentes.
Mientras la provincia recupera el pulso y la investigación sobre las causas del apagón continúa, las autoridades y la ciudadanía han destacado el comportamiento ejemplar y la solidaridad demostrada. El apagón dejó una lección de resiliencia: en medio de la oscuridad y los trastornos, Guadalajara demostró que la colaboración y el compromiso colectivo son la luz más potente.