Sorpresa, decepción, preocupación y malestar tras la decisión de los diputados de Podemos de rechazar el proyecto de Presupuestos para 2017 tras aprobar en enero su tramitación, en marzo votar conjuntamente con el PSOE el rechazo a la enmienda a la totalidad presentada por el PP y  participar con normalidad durante meses en distintas comisiones sin manifestar en ningún momento su intención, dañina para los ciudadanos y para ellos mismos pues no podrá cumplirse parte de lo que habían defendido como el Plan de Garantía Ciudadana que el propio Podemos había pactado con el grupo parlamentario socialista. Ahora por culpa de la incoherencia, la incongruencia, la irresponsabilidad, la falta de madurez política y la nula altura de miras de un grupo parlamentario que se muestra imprevisible y en el que ya no cabe confianza alguna por su deslealtad yendo en contra hasta de sus propios votantes, será muy difícil  subir el sueldo a los funcionarios, continuar  con  ese programa dirigido a mayores de 55 años para que trabajasen y que había cambiado la vida a muchas personas u otras ayudas al empleo. La  adquisición de los terrenos para construir el nuevo Campus universitario de Guadalajara también está en riesgo como ese plan dotado con 87 millones para mejorar las infraestructuras educativas, las ayudas a los jóvenes que se quieran incorporar al mundo agrícola,  la mejora de los convenios de ayuda a domicilio, la renovación tecnológica en los hospitales o nuevas ofertas de empleo público, pues sólo podrán sacarse las que ya están dotadas. Estas y otras consecuencias, un largo etcétera, tendrán la infantil y penosa decisión de un grupo cuya actitud ha recibido el fuerte rechazo no sólo de los grupos parlamentarios socialista o popular, sino también de los sindicatos y  Ciudadanos, pero es lo que hay.  Los presupuestos del 2016 se prorrogarán y el Gobierno seguirá trabajando por aquello que prometió aunque con mayores dificultades. Tal vez sea la hora de un mayor entendimiento con el Grupo Popular que colocase a Podemos en el lugar residual donde las urnas le pusieron.