Después de 33 años desarrollando terapias dirigidas a aquellas personas que tienen algún grado de dependencia de sustancias tóxicas, para la directora general de Proyecto Hombre de Castilla-La Mancha, Elena Carrizo, la Jornada de Puertas Abiertas que han celebrado hoy en la comunidad terapéutica de la Finca Castillejos ha sido “un momento de reencuentro y de segundas oportunidades”. 

FOTOS: PACO CAMPOS

“Damos -explica- una segunda oportunidad de rehacer su vida a gente que en un momento determinado ha tenido un error, ha elegido el camino equivocado y hay que reconducirlo”.  

Hoy, Proyecto Hombre ha celebrado esta cita anual con un dato esperanzador: En torno al 80% de esas personas completan con éxito el tratamiento. “Sí que es cierto que terminar es difícil, es duro y que durante el camino hay muchas bajas, pero cuando uno hace las cosas bien y se implica, se logran los objetivos”, ilustra Carrizo. 

Para los profesionales que trabajan todos los días en Proyecto Hombre es un día de fiesta, de celebración. Celebran el alta terapéutica, la graduación, de las personas que han recibido el tratamiento. 

“Hoy es un momento también de recibimiento a todas las familias, a gente que ha hecho el programa en otros momentos de su vida, voluntarios, personas que han colaborado con todos nosotros a lo largo de este tiempo”, señala Carrizo. Un momento “muy alegre, muy entrañable, muy bonito y de reencuentro con viejos conocidos”.  

La imagen que quieren transmitir en actos como el de hoy se basa en “romper la idea que hay de Proyecto Hombre, asociada en gran parte a los consumos de heroína, como de los años 90; ha habido un cambio de perfil muy grande en el tipo de consumo, en las personas que consumen”, analiza. 

A su juicio, la forma de hacer terapia ha cambiado. “Nuestros programas se ajustan para adaptarlos a las nuevas necesidades, no es un programa donde venga la gente que ya está desahuciada o que ya no tiene remedio, sino que desde el minuto uno podemos ayudarlas para que sean capaces de controlar, que no vayan a más y que puedan rehacer su vida”. 

Proyecto Hombre, señala Carrizo, tiene permanentemente los brazos abiertos a cualquier persona que tenga algún problema de conducta adictiva, “bien sea con sustancias o sin sustancias”. En concreto, “en la Finca Castillejos se emplaza una comunidad terapéutica para gente con problemas de cualquier tipo de droga, que tiene una vida más desestructurada”, precisa. 

Recuerda que Proyecto Hombre tiene otra comunidad terapéutica “para personas con problemas exclusivamente de alcohol, así como programas ambulatorios por toda Castilla-La Mancha, donde atendemos a gente que tiene sobre todo consumos de cocaína y de alcohol, con una vida más estructurada”. continúa.  

Son personas que tienen su trabajo, su familia, pero vienen a terapia dos tardes a la semana. “También hacemos trabajo de prevención, trabajo con jóvenes y con adolescente”, añade. Asimismo, en todos los institutos trabajan la prevención. 

En estos momentos, según Carrizo, el asunto que más les preocupa es “el de los jóvenes, sin embargo, hay también un perfil que a nosotros nos trae bastante de cabeza, el de las mujeres que guardan su problema en secreto con consumo barbitúricos, pastillas para dormir, o alcohol”. Suelen ser personas –matiza- “que las cuesta además mucho acudir a nuestros centros”. Y otra de las cosas que más preocupa es la normalización que hay del consumo de drogas. “Antes consumir heroína estaba mal visto, pero consumir cocaína o alcohol no lo está, es algo muy aceptado socialmente”, lamenta, “y eso sí que es un problema”.

 

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