A las 19:30 horas, las puertas de la parroquia de San Pedro Apóstol se abrieron para dar inicio al Vía Crucis. Los anderos, de rodillas y bajo los aplausos de los vecinos, comenzaron la procesión portando la venerada imagen del Cristo de la Vera Cruz, marcando el inicio de las estaciones penitenciales.

La Banda de Música de la Soledad acompañó el recorrido con sus característicos toques, alternando entre ritmos pausados y vibrantes según el momento de la ceremonia, creando una atmósfera cargada de solemnidad y devoción.

A mitad del trayecto, un imprevisto aguacero obligó a alterar la ruta tradicional. La comitiva se desvió hacia la calle La Soledad, continuando por la plaza de los Hermanos Gascuñana hasta concluir en la plaza de la Iglesia, donde se concentraron numerosos yunqueranos.

El tramo final entre la plaza Gascuñana y la plaza de la Iglesia se convirtió en el momento más emotivo. Los anderos, ante la mirada atenta de los presentes, aceleraron el paso llevando al Cristo casi al trote, generando un impacto visual y emocional entre los asistentes.

Ya en el templo, se procedió a la lectura de las últimas estaciones penitenciales. El acto concluyó con los redobles de los tambores de la Banda de la Soledad, poniendo el broche final a una jornada de intensa espiritualidad.