Nuevos hallazgos paleolíticos
Un equipo multidisciplinar de más de 15 expertos procedentes de diferentes universidades españolas ha continuado hasta este pasado miércoles la campaña anual de excavaciones que comenzó en 2017 en este paraje tamajonero
Un equipo científico multidisciplinar, coordinado desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y dirigido por los profesores Adrián Pablos y Nohemi Sala, ha continuado, en 2023, las excavaciones arqueológicas en el paraje conocido como Abrigo de La Malia de Tamajón.
Con esta nueva campaña, que se ha llevado a cabo a comienzos de septiembre, concretamente hasta el pasado miércoles, los investigadores continúan el estudio arqueológico emprendido en los años 90 en el área de la Cueva de los Torrejones, y las posteriores y exitosas excavaciones practicadas en los años 2017 y 2018 en ese mismo escenario sobre las que hay ya mucha literatura científica. “Tamajón, en general, es un lugar que atesora una gran potencial arqueológico”, valora Adrián Pablos.
El Abrigo de La Malia fue descubierto en el año 2017, mientras se intervenía en Los Torrejones. “Comenzamos a trabajar en este lugar porque, ya en superficie, encontramos herramientas líticas correspondientes al Paleolítico medio, que podían ser de la época neandertal”, señala Sala.
Cuando comenzó la excavación, los científicos encontraron, para su sorpresa, niveles de ocupación humana, de nuestra especie, Homo sapiens (más joven que 40.000), y no neandertales Homo neanderthalensis (hace más de 40.000 años) como presuponían. Los hallazgos fueron de gran relevancia científica, puesto que se trata de algunos de los más antiguos vestigios de presencia humana en la meseta de la península ibérica. Las excavaciones del año 2022 en La Malia quedaron muy cerca del nivel correspondiente al los primeros milenios del Paleolítico superior. En 2023 “lo hemos encontrando en toda la superficie del Abrigo”, sigue Pablos.
Los hallazgos más espectaculares de la presente campaña son nuevas herramientas líticas que están permitiendo a los expertos conocer cómo eran las poblaciones de la región en el Paleolítico superior. Además, también se han descubierto restos de animales que permiten reconstruir la estrategia de subsistencia de estos pobladores. “Sabemos que los restos de huesos de caballos, ciervos, bóvidos tipo bisonte, conejos o corzos indican, por las marcas que quedan en los huesos, que los animales llegaron a este abrigo para ser consumidos como alimento”, explica Sala.
En próximas campañas, el equipo científico espera culminar la excavación de estas unidades paleolíticas, y con ello, comprender mejor las condiciones climáticas que había en aquel periodo. “En este yacimiento esperamos corroborar lo que ya llevamos unos años atisbando, también aquí, en La Malia, la presencia de Homo sapiens, confirmar si las ocupaciones fueron ocupaciones largas o cortas, y comprobar si hay algún evento transicional entre los últimos neandertales y los primeros humanos de nuestra especie”, afirma Adrián Pablos. Pero quizá también , “no descartamos encontrar, por debajo de estas, otras unidades correspondientes a los neandertales”, aventura Sala.
Con ello se culminaría la datación de diferentes momentos de la prehistoria en la meseta, una región en la que no se cuenta con tanta información como en otras zonas de la Península. “Hay un registro muy importante de este periodo en la Cornisa Cantábrica, en el Mediterráneo e incluso en la costa portuguesa, pero había un vacío existencial, una vez que se extinguen los neandertales, en el centro de la Meseta. Esto quizá se deba a que haya habido una menor tradición investigadora, a que no hay tantas cuevas, a que no encontramos los sitios donde habitaban o a todo ello junto. Por eso resultan tan importantes los hallazgos de Tamajón, puesto que en estas cronologías y lugares la comunidad científica no contaba con la presencia de Homo sapiens”, señala el investigador del de la Universidad Complutense de Madrid.
Jornada de puertas abiertas
Nohemi Sala y Adrián Pablos son unos firmes convencidos del valor que tiene mostrar a la población local y en general a interesados en la materia los hallazgos habidos en cada campaña. Así, en los días finales de la excavación, convocaron una jornada de puertas abiertas, en el mismo Abrigo de La Malia, para explicar a público interesado “qué es lo que hacemos”, indican. Cerca de un centenar de personas pudieron ver una demostración de talla en la que dos expertos mostraron cómo nuestros antepasados del Paleolítico superior elaboraban sus herramientas de piedra, tallando sílex, cuarcita o cuarzo, y lo hicieron con los mismos utensilios que ellos usaban. Además, también mostraron, y enseñaron a utilizar, azagayas, venablos y otras armas de caza.
“Esta excavación es un proyecto de investigación científica. Catalogamos los hallazgos, y escribimos en revistas sobre ellos, pero nuestro trabajo está financiado con dinero público y por eso consideramos nuestro deber explicar a la gente lo qué estamos haciendo y por qué venimos a estos yacimientos, una iniciativa que, afortunadamente, tiene continuidad en el CIPAT (Centro de Interpretación Paleontológica y Arqueológica de Tamajón) que expone, o interpreta, algunas de las piezas que estamos encontrando”, afirma Adrián.
“Desde el Ayuntamiento hemos creído siempre en los científicos. Confiamos en ellos y nos ponemos a su disposición. Les hemos apoyado en todo aquello que ha estado en nuestra mano: la disponibilidad de los terrenos, aportación de los materiales, custodia de los hallazgos y una pequeña ayuda económica. Le damos mucha importancia a su trabajo, puesto que nos hace visibles ante la comunidad científica, pero también, y sobre todo, porque los descubrimientos trascienden y nos convierten en foco del turismo cultural. Estamos muy ilusionados con las excavaciones tanto paleontológicas como arqueológicas”, dice Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón.
Además de los conocidos yacimientos arqueológicos, en el Abrigo de La Malia y en Peña Capón, y el paleontológico, en Sacedoncillo, tenemos “otro yacimiento más, en este caso de la Edad del Hierro, para el que solicitamos también la colaboración institucional, asegurando de antemano, la aportación del Ayuntamiento de Tamajón”, termina Esteban.
El equipo
En el último mes ha trabajado en el Abrigo de La Malia de Tamajón un equipo multidisciplinar de más de quince personas, procedente de universidades y centros de investigación de toda España. Entre ellos se cuentan expertos en las temáticas que se quieren resolver. “Se trata de discernir, con la información procedente de todas las disciplinas necesarias, qué es lo que ocurrió aquí y como se formó el yacimiento”, dice Pablos.
Han trabajado expertos en geología, estratigrafía y los procesos geológicos dominantes en cada una de las unidades de la excavación. Los geólogos se han encargado de aplicar numerosos métodos de datación absoluta para precisar las épocas y reconstruir el paleoclima en diferentes momentos del registro geológico.
Otra parte del equipo se ha dedicado al análisis de los restos animales encontrados, y a interpretar las huellas que quedaron en los huesos.
También ha trabajado un equipo de antropólogos y paleoantropólogos y paleopatólogos, paleobotánicos y especialistas la taxonomía de los vertebrados.
Los arqueólogos han estudiado las herramientas de piedra, analizando sus tipologías para saber a qué época corresponden.
El proyecto está adscrito al CENIEH, pero cuenta con la colaboración de la Universidad de Sevilla, la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Alcalá, la Universidad del País Vasco, institut català de Paleoecologia Humana y Evolució social (IPHES), la Universidad de Oviedo, y del Ayuntamiento de Tamajón; y con la co-financiación de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, el CENIEH y del propio ayuntamiento agallonero, que ha aportado tanto capital como infraestructura y logística. “El apoyo institucional del Ayuntamiento de Tamajón, y de su alcalde, Eugenio Esteban, es fundamental, como el del resto de instituciones. Si no tuviésemos el apoyo del pueblo, no podríamos acceder al sitio, además de la ayuda económica, logística y de custodia de los hallazgos”, termina Adrián.