Danza española para niñas y niños de 3 a 7 años y en adelante, ballet clásico de dos niveles, sevillanas y flamenco para adultos, danza moderna para alumnos de 3 a 10 años y en adelante, y ritmos latinos para adultos. Es la oferta de la Escuela Municipal de Danza de Yebes para esta temporada, que es la tercera consecutiva. Más de medio centenar de alumnos se forman ya en las distintas especialidades que se imparten en las aulasdel Centro Deportivo Municipal ‘Valdeluz’. Bajo la dirección de Teresa Sánchez Fornieles, se han puesto los cimientos que se requerían para dar continuidad a esta actividad de ocio y tiempo libre. Aunque en un principio no se fijaron objetivos a corto plazo, el propósito de la Concejalía de Cultura era que esta escuela fuese capaz de consolidar una oferta que diese respuesta a la demanda vecinal y, al mismo tiempo, disponer de un servicio afianzado y continuo, “algo que tres años después y a la vista de los resultados, hemos conseguido”.

Con la intención en el punto de mira de transmitir a los más pequeños el sentido del ritmo y despertar el interés por los movimientos acompasados, la Escuela Municipal de Danza ha echado a andar esta semana. Desde el Ayuntamiento de Yebes están “tan ilusionados como motivados” con la andadura de este proyecto, que se puso en marcha en 2015 por iniciativa de un amplio número de vecinos, que eran aficionados a los bailes de salón y plantearon la posibilidad de ampliar y mejorar el nivel. Y es que el perfil demográfico de este municipio reúne los ingredientes necesarios para el desarrollo y arraigo de este servicio. “Hablamos de una media de edad que no supera los 33 años, de parejas jóvenes con hijos de corta edad y de adultos con una contagiosa inquietud por compartir sus aficiones”, asegura Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura.

Las clases se imparten en el polideportivo de Valdeluz de lunes a viernes y en un horario flexible desde las cinco de la tarde para los alumnos de corta edad y hasta las diez de la noche para los adultos. En cuanto a los precios, resultan más asequibles que en otras municipios próximos ya que las matrículas cuentan con subvención municipal para los vecinos empadronados. La Escuela de Danza funciona de octubre a junio, se guía por el calendario escolar y ofrece la posibilidad de fraccionar la actividad en tres trimestres completos. Por si fuera poco, se ha demostrado como un espacio de encuentro para la comunidad vecinal y un instrumento ideal para la socialización. Y es que la mayoría de los alumnos no se conocían antes de llegar a la escuela. De ahí que Perojo destaque el hecho de que esta actividad “es más un entretenimiento y distracción que una obligación”.

En cuanto a la Escuela Municipal de Música, que un año más estará dirigida por Raquel Sánchez-Pardo, iniciará el curso el próximo lunes en las instalaciones contiguas a la biblioteca municipal, en el Centro Cultural de Valdeluz. Piano, guitarra, percusión, clarinete, trompeta, saxofón, flauta travesera, violín o violonchelo son algunos de los instrumentos en los que se pueden iniciar los alumnos o perfeccionar el nivel adquirido. Además, la oferta incluye una sección escolar con diferentes grados de aprendizaje y desarrollo y una agrupación coral formada por adultos. A partir de los 3 años, el centro cuenta con más de sesenta alumnos, algunos de los cuales se iniciaron a edades tempranas allá por el otoño de 2011, cuanto la escuela se puso en marcha. “Hoy, son alumnos aventajados que han adquirido un nivel equivalente al del conservatorio e incluso muchos de ellos han dado el salto a ese nivel académico, ya que el centro también sirve de catapulta formativa”, dice Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura.

El Ayuntamiento de Yebes quiere poner de manifiesto la “implicación y compromiso” del profesorado que presta sus servicios en la escuela, “que gozan de una capacidad pedagógica, nivel de enseñanza y dilatada experiencia” que están a la altura de muy pocos centros de estas características. Con cuatro aulas de formación distribuidas en una superficie de casi 80 metros cuadrados, Perojo reconoce que “no reúne las mejores condiciones acústicas, ambientales y sonoras” pues las paredes son planchas de chapasin ningún tipo de insonorización. “Una carencia que se suple con el entusiasmo de los alumnos y la dedicación de los profesores”, valora el concejal de Cultura. Que recalca la progresión exponencial que ha tenido el centro en estos últimos años. Desde la decena de alumnos que iniciaron esta aventura en el otoño de 2011 hasta el medio centenar de matrículas que se registraron en el curso 2013-2014, que marcó un “punto de inflexión” en la trayectoria de este servicio, lo que motivó la ampliación de las instalaciones en la siguiente temporada.

En la mayoría de los casos, el alumnado cursa sus estudios musicales en los diferentes grados, si bien muchos otros se inscriben con la intención de perfeccionar sus conocimientos. Perojo destaca sobre todo el aumento que se produce año a año en el número de primeras matrículas, “que corresponden a niños de corta edad que dan sus primeros pasos en el mundo de la música”. En apenas seis años se ha conseguido apuntalar una infraestructura educativa, formativa y cultural “de primer nivel” en el municipio que “no solo es capaz de atender las aficiones de los más pequeños y el deseo de muchas madres y padres de iniciar a sus hijos en este arte”, sino también de dar respuesta a las necesidades de los estudiantes que están en un escalón superior.