El silencio de la mañana del sábado en la Alcarria se ha visto interrumpido de forma súbita. A las 08:24 horas, un sismo de magnitud 3,1 con epicentro en Yebra ha generado una cadena de testimonios en cinco núcleos de población de Guadalajara. Pese a ser un movimiento de intensidad moderada, su carácter extremadamente superficial —localizado a solo un kilómetro de profundidad— ha provocado que el estruendo y la vibración se sintieran con nitidez en el interior de las viviendas.

"Ha sido un golpe seco e instantáneo", explica Juan Pedro Sánchez, alcalde de Yebra. El regidor reconoce que la brevedad del suceso le hizo dudar en un primer momento sobre la naturaleza del ruido: "Yo sí que lo he sentido, aunque al principio no pensé que fuera un terremoto, hasta hablar con algún vecino más". Su relato coincide con el de otros residentes de la zona, que describen una sensación de impacto directo más que un balanceo prolongado.

Un ruido de camión y ráfagas de viento

En Pastrana, la percepción fue más sonora que mecánica. "Primero ha sido un ruido muy grande, como un camión pasando al lado, y después como cuando hay ráfagas muy fuertes de viento", relata Sonia, vecina del municipio. Según su testimonio, el fenómeno duró apenas unos segundos, pero fue suficiente para alertar a quienes se encontraban en reposo.

La intensidad II-III (entre débil y apenas sentido) se ha distribuido por los núcleos cercanos con matices distintos recogidos por los propios afectados:

• Albalate de Zorita: "En mi casa han retumbado las ventanas, ha durado 3 o 4 segundos", cuenta Lucía desde el casco urbano.

• Almonacid de Zorita: El instinto animal se adelantó a la percepción humana. "Yo en Almonacid también. Y mi perro también", confirma Isabel sobre la reacción en su hogar.

• Almoguera: Los vecinos también han reportado el sismo al IGN, describiéndolo como una vibración leve pero perceptible en plantas bajas.

• Nueva Sierra de Altomira: En esta urbanización de Albalate, el temblor fue sentido principalmente por personas que se encontraban en el interior de sus inmuebles.

A pesar de la alarma inicial y de que el recuerdo del gran seísmo de Escopete de 2007 (magnitud 4,1) sigue vivo en la memoria colectiva, este nuevo evento se ha saldado sin incidencias. El servicio 112 Castilla-La Mancha no ha registrado llamadas de emergencia por daños materiales ni personales, quedando el suceso como una anécdota de invierno que confirma la actividad recurrente de las fallas locales bajo el suelo de la Alcarria.