Este sábado, el trío Sekrets, que integran la soprano Olga Miracle, el flautista Joan Codina y el organista Guillaume Lawless subrayaron brillantemente la calidad musical de los dos órganos con los que cuenta la Catedral de la Ciudad del Doncel en la escala seguntina de la IV Ruta de los Organos Históricos de Castilla-La Mancha. La soprano comentaba poco antes del concierto que “elegimos un repertorio adecuado a los lugares en los que tocamos y a sus órganos, de acuerdo con su afinación y su época de construcción”. PRESENTACION CONCIERTO OLGA MIRACLE

En su condición de anfitrión, fue el deán de la Catedral, Jesús de las Heras, quien dio la bienvenida al concierto al público, invitándole a disfrutar de él y recordando además que el próximo día 23 de septiembre, sábado, habrá un nuevo recital en el que “se estrenará música inédita, escrita en la catedral de Sigüenza”, avanzó. PRESENTACION JESUS DE LAS HERAS

Correspondió a la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Sigüenza, Sonsoles Arcones, presentar a Sekrets. Además, la edil destacó la labor de las instituciones que hacían posible el concierto de ayer, Junta de Comunidades y Cabildo Catedralicio, con las que ha colaborado también el propio Ayuntamiento seguntino. Además, el concierto tuvo también un componente solidario, puesto que a la entrada, y de manera voluntaria, los asistentes tuvieron la oportunidad de dejar el donativo que estimaron oportuno para colaborar con el proyecto de restauración de la Iglesia de Santiago de Sigüenza, circunstancia que, en esta misma introducción, señaló la presidenta de la Asociación de Amigos de la Iglesia de Santiago, Elena Guijarro. PRESENTACION CONCIERTO SONSOLES ARCONES

Sekrets ya había actuado anteriormente en la Catedral de Sigüenza, concretamente en 2015. “Por eso, en esta ocasión, hemos seleccionado piezas completamente diferentes, para sorprender también a las personas que pudieron venir a nuestro concierto de entonces. Hemos seleccionado obras de entre los siglos XVIII al XX, 350 años de historia musical”, explicaba Miracle. A lo largo del recital, cuya exquisita calidad subrayaron la majestuosidad de la Fortis Seguntina y su acústica impecable, hubo tríos de voz, flauta y órgano, dúos de órgano y voz, y también piezas interpretadas sólo a órgano. “Utilizaremos los dos órganos de la Catedral, y de acuerdo con las características de su sonoridad, interpretaremos en uno u otro las obras elegidas”, explicaba la soprano, reconociendo además que “el lugar es precioso e inspirador”.

El programa del concierto empezó con una Fantasía y Fuga de Bach, en sol menor, el gran autor del barroco, interpretada por el músico francés sobre el imponente órgano de tubos del Coro de la Catedral. En cada pieza, los intérpretes explicaron algunos detalles tanto de sus autores o arreglistas, como de la música. En este caso, el organista francés Lawless, se refirió al contraste musical entre la fantasía y la fuga, y también que el genio alemán la compuso en un momento de profunda tristeza, cuando falleció su primera esposa, mitigado por sus creencias religiosas.

El recital continuó con una cantata, con voz en inglés, de un autor no tan conocido como es Johann C. Pepusch, de quien se cumple en 2017 el 350 aniversario de su nacimiento. “Se trata de un autor del mismo universo musical que Haendel, pero no tan conocido”, añadía la soprano. Con posterioridad, el concierto se adentró en el Romanticismo del XIX, de la mano de cuatro canciones sacras de Hugo Wolf, profundas y compuestas con el mismo sentimiento con el que fueron interpretadas. El recital finalizó con canciones sacras de Frank Martin, un autor suizo del siglo XX.

Sobre el órgano mayor o del evangelio de la Catedral

La consola del órgano mayor de la Catedral de Sigüenza –situada abajo, en el coro- tiene grabada esta inscripción: ORGAMUSIK, AÑO 1988. ALCOBENDAS. MADRID. La reforma llevada a cabo en aquel año se hizo sobre un órgano cuyo contrato, fechado en San Sebastián el 18 de agosto de 1911, llevaba la firma de Aquilino Amezua. En julio de 1913, cuando se entregó el instrumento, Don Aquilino ya había fallecido, así que fueron sus encargados de taller, Luciano Cauqual y Leocadio Galdós, al frente de la empresa Amezua y Cía quienes instalaron el nuevo órgano. De este instrumento, restaurado después de la Guerra Civil por el mismo taller organero, sólo ha quedado la tubería.

La caja, construida en 1700 por el maestro de arquitectura y talla seguntino Juan de Arauz, es resultado de ampliar el esquema clásico de cinco campos, con las dimensiones que exige el flautado de 26 expuesto en su fachada. La ampliación consiste en dos torreones flaqueando el campo central y siete pequeños campos de tubos mudos que agrandan la caja por la parte superior hasta ocupar todo el espacio del arco. El primer órgano que acogió esta caja fue el construido en el citado año de 1700, donación del obispo Alvarez de Quiñones, por el maestro organero Domingo Mendoza que acababa de entregar los de la catedral de Cuenca. Después, han desfilado por esta caja, el órgano sinfónico Amezua y el actual. Consta de dos teclados de 56 notas y pedalero de 30. Consola independiente, situada en el coro; transmisión eléctrica; válvulas de electroimanes. Cinco combinaciones fijas, tres acoplamientos, tres botones de llamadas. Pedal expresivo para el II. Estética sonora sinfónico-romántica.