La puerta grande de Las Cruces de Sigüenza se abrió para Víctor Hernández
Novillada picada de menos a más la que se ha vio ayer en la plaza de Las Cruces de Sigüenza. Torearon Víctor Hernández, que está en un momento dulce, y Alvaro Seseña, para quien la de ayer fue su tercera novillada picada.
Abrió plaza Hernández, con Carroñero, número 54, negro y 'bragao', y un novillo noblón, falto de raza. El de Los Santos de la Humosa supo llevarlo a su terreno, y cogerle el ritmo, sacándole alguna serie de mérito con la muleta. Hernández se arrimó, dejado ir los pitones hasta el mismo pecho. Y lo mató de una buena estocada, pero un dedo desprendida, que exigió descabello. El chaval no estuvo afortunado, sonó un aviso y no tocó pelo.
Su segundo, de nombre Nauseabundo y de número 46, colorado, afortunadamente, no hizo honor a su apelativo. Hernández estuvo importante, y repitió su triunfo en Sigüenza de 2018, ofreciendo al público seguntino una faena magnífica que dejó entrever las condiciones que tiene para llegar a ser una figura. Toreó despacio, con los trastos por abajo, ralentizando las embestidas, y, como en él es habitual, dejando que los pitones pasaran muy cerca. El novillo acompañó, y pese a que mató a la segunda de buena estocada, que exigió descabello, la plaza pidió las dos orejas con insistencia, y la presidencia, que ayer ostentó la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, las concedió. “Tenía buen recuerdo del año pasado y éste, he podido volver y, también me he sentido a gusto. El primer novillo no lo ha puesto fácil; igual le tenía que haberle buscado mejor las vueltas. Ha sido una pena que haya tardado tanto en caer; pero en el segundo, me he podido abandonar y torearlo como yo quiero”, decía el novillero con total sinceridad. Hernández repitió puerta grande.
Alvaro Seseña se encontró con Chistoso, número 22, negro, un novillo muy suelto y manso, que no le dejó lucirse, pese a que con la muleta estuvo voluntarioso. Quiso, pero no pudo ser, y además, se atascó con la espada, puesto que el animal solo le dejaba pasar un segundo y no encontraba el sitio.
En el segundo, de nombre Caminero, y de número 51, negro, embistió bien por el lado izquierdo. Seseña cogió el ritmo enseguida y mostró cosas buenas con la muleta. El chaval se volcó con la espada y se llevó una oreja de Las Cruces. “El primero ha sido un manso complicado, pero el segundo, aunque se paraba y también era manso, me ha dejado disfrutar más, y hacer disfrutar también a la afición de Sigüenza”.
Acompañando con su presencia a la afición seguntina y a la corporación municipal estuvo el senador Rafael Esteban. En la tarde de hoy tendrá lugar en Las Cruces una clase práctica de toreo, que pertenece al certamen Guadalajara busca torero, con entrada gratuita, mientras que el sábado habrá un festejo de rejones, en el que torearán Emiliano Gamero y David Gómes, con cuatro novillos de Amparo Valdemoro.