
La Procesión de San Ginés ensalzó en San Nicolás la figura del encuentro
La Semana Santa de Guadalajara vivió esta mañana uno de sus momentos más emotivos con la esperada procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz.
FOTOS: RAFAEL MARTÍN
Tras la suspensión del año anterior debido a las inclemencias meteorológicas, la imagen recorrió las calles de la ciudad arropada por la fe de sus 70 hermanos, a los que se suman 42 costaleros, 60 músicos de la agrupación musical homónima, así como centenares de fieles y visitantes.
"Hemos estado mirando el tiempo y decidimos que se podía hacer la Estación de Penitencia de forma normal, como habíamos planificado desde el primer día", declaraba con alivio José Manuel Zamorano Benito, Hermano Mayor de la Hermandad. La alegría por poder procesionar este año era palpable: "Estamos muy contentos porque nos ha acompañado muchísima gente durante todo el recorrido", comenta satisfecho.
La salida tuvo lugar a las 11:15 horas desde la iglesia parroquial de San Ginés, marcando el inicio de un itinerario de profunda solemnidad que se extendió durante aproximadamente tres horas. El cortejo avanzó por la Plaza de Santo Domingo, el Paseo del Doctor Fernández Iparraguirre y las calles Doctor Fleming y Manuel Páez Xaramillo, dirigiéndose hacia uno de los puntos más singulares de su recorrido: la visita al Asilo de las Hermanas de los Ancianos Desamparados.
"Allí nos gusta tener un pequeño guiño con la ‘monjitas’ del Asilo en agradecimiento por la atención que dedican a los mayores”, aporta Zamorano. En la puerta lateral del edificio de matrimonios, en Virgen del Amparo, la comitiva hizo un alto. Allí las religiosas brindaron un canto e hicieron la entrega de un ramo de flores al Cristo.
Uno de los momentos culminantes de la procesión fue, como cada año, el multitudinario Encuentro del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz con la imagen de Nuestra Señora de la Soledad en la Plaza del Jardinillo, frente a la iglesia de San Nicolás. La Virgen de la Soledad ya se encontraba esperando a su Hijo. Allí llevaron a cabo el saludo que se hace habitualmente hasta llegar a hacer el giro completo para la despedida.
La comitiva continuó su camino por la Calle Mayor hasta regresar a la Plaza de Santo Domingo y culminar su estación de penitencia en la iglesia de San Ginés, lugar que vio nacer a esta hermandad en 1962.
Este acto es especialmente significativo dada la relación de hermanamiento que une a ambas cofradías desde 2014, un lazo que se suma al establecido en 2007 con la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz de Salamanca.
La procesión del Santísimo Cristo del Amor y de la Paz destaca por salirse del recorrido habitual de otras hermandades, una decisión tomada para poder transitar por las calles del barrio que conforma la feligresía de San Ginés. "Yo, como cristiano, siempre estoy deseoso de vivir la Pascua y que llegue el Domingo para celebrar por todo lo alto la Resurrección de nuestro Señor", compartía José Manuel Zamorano Benito.