Jornada de voluntariado para acabar este sábado con las plantas de ailanto en Valdenazar
También conocido como árbol del cielo o de los dioses, está considerado el arquetipo de la vegetación invasora. Usurpador de ecosistemas por excelencia, con sus voraces raíces es capaz de asfixiar a las especies vegetales autóctonas. Es el ailanto, un árbol todo terreno con una longevidad de cuarenta a 50 años que desplaza a otras especies presentes en los ecosistemas que invade, como el chopo, el sauce o el fresno. Se adapta a cualquier tipo de suelo, soporta la sequía con suma facilidad y crece a un ritmo trepidante, hasta superar sin demasiados problemas los 20 metros de altura. Un buen número de ejemplares de esta especie invasora han colonizado el bosque de Valdenazar, poniendo en peligro el equilibrio natural de este hábitat. Para impedir la propagación de esta especie, el Ayuntamiento de Yebes y la Asociación ‘Micorriza’ han organizado este sábado 6 de mayo una Jornada de Voluntariado Medioambiental para eliminar de raíz estas plantas colonizadoras.
Originaria de China, es esta una especie dioica, lo que significa que tiene flores masculinas y femeninas en pies separados. En el primer caso, desprenden un olor desagradable, mientras que en el segundo desarrollan un fruto que comienza siendo verdoso pero que, conforme madura, se transforma en un llamativo color rojizo, lo que le convierte en un árbol ornamental que es valorado por su belleza. Pero esa atractiva apariencia no debe inducir a confusión, ya que en realidad “hablamos de una planta dañina por naturaleza” que, una vez se introduce en un ecosistema natural, provoca graves problemas a la vegetación autóctona. “Desde la invasión del espacio ajeno hasta la transmisión de enfermedades a las que el árbol es inmune, no así las especies de la zona”, explica Vidal Gaitán, concejal de Medio Ambiente, que llama la atención sobre la problemática a la hora de luchar contra esta especie.
La Jornada de Voluntariado Medioambiental del próximo sábado 6 de mayo comenzará a las 11 h con la recepción de los participantes en la zona recreativa de Valdenazar. Tras una charla introductoria sobre las ventajas de preservar y favorecer la conservación de las especies autóctonas y los inconvenientes de las especies invasivas, los voluntarios se dispersarán por el bosque a la búsqueda y captura de los ejemplares de ailanto. Con ayuda de azadones, arrancarán los pies de las plantas para evitar que se multipliquen de forma masiva. El concejal de Medio Ambiente advierte que este método de combate no garantiza la extinción del ailanto de la superficie de Valdenazar, pues estos individuos son “capaces de desarrollar una eficaz técnica de expansión pese a estar separados por varios metros” al compartir un mismo sistema de raíces. Al término de la jornada, todos los participantes degustarán un almuerzo.
El bosque de Valdenazar es un magnífico exponente de bosque mediterráneo, ocupa una superficie de 41 hectáreas y las especies arbóreas predominantes son el quejigo, la encina y el roble, con algún que otro ejemplar de chopo, enebro y álamo blanco. En cuanto al ailanto, no está considerada una especie forestal, altera la convivencia y el paisaje de los ecosistemas donde se reintroduce al impedir el normal crecimiento de otras plantas y condiciona la diversidad de la fauna autóctona, haciendo que cada vez haya menos animales en ese lugar.