Galve también pone el grito en el cielo: diez días incomunicados y una Sierra Norte al límite
La Sierra Norte de Guadalajara encadena ya diez días de incomunicación total tras la avería de una antena en el Alto Rey. El fallo ha dejado sin Internet a la zona. A ello se suman microcortes de luz y fallos de cobertuira de Movistar. Esta situación afecta a pueblos como Galve de Sorbe, Cantalojas, Campisábalos, Somolinos o Villacadima.
La vida cotidiana, la economía local y la atención a los mayores han quedado reducidas al mínimo.
El alcalde de Galve de Sorbe, Francisco Javier López, describe la situación sin rodeos: “Ha desbordado cualquier límite razonable”. Recuerda que la caída de la fibra se suma a “otros fallos recurrentes en datos móviles, telefonía” y también a problemas eléctricos.
“Cuando no es el wifi es el teléfono. Y cuando no son los datos. Siempre tienen una excusa para que pase algo”, denuncia. Para él, lo ocurrido confirma que la comarca “ha vuelto a quedarse aislada en pleno siglo XXI”.
López subraya además la falta de cobertura de Movistar, que ha agravado el aislamiento durante estos días.
Los mayores, sin posibilidad de pedir ayuda
El regidor advierte de que el impacto va más allá de lo económico:
“Los mayores se quedan totalmente incomunicados y, si pasa algo, nadie puede llamarlos y ellos no pueden llamar”.
Los microcortes dejan sin teleasistencia a vecinos de edad avanzada y sin herramientas básicas para emergencias.
Una red que no aguanta: “insuficiente y frágil”
López insiste en que la avería no es un hecho puntual:
“No ha sido un episodio aislado, sino una muestra más de una infraestructura insuficiente y frágil”.
Algunos ayuntamientos y negocios se han visto obligados a contratar dos conexiones -fibra y cobre- para intentar garantizar el servicio, pero el alcalde recuerda que es “un gasto doble” que tampoco soluciona nada porque “ambas han fallado a la vez en numerosas ocasiones”.
El impacto en la repoblación también es evidente.
“La gente no viene a vivir al pueblo si no está segura de que tiene unas comunicaciones, no se fía porque no tiene garantías de poder funcionar”, señala.
Y concluye:
“Sin una red estable, solo podríamos repoblar de jubilados, porque de otra manera es imposible”.
“En un pueblo grande no dura ni tres horas”
El alcalde compara lo ocurrido con lo que sucedería en otros territorios:
“Esto pasa en cualquier pueblo grande y no dura ni tres horas”.
Por eso reclama que la comarca sea tratada “con la misma dignidad que cualquier otro territorio” y pide una solución que asegure cobertura móvil, electricidad estable y conectividad digital “sin depender de un viento un poco más fuerte”.
Cantalojas, otra voz del hartazgo: “Esto es la supervivencia de la supervivencia”
En Cantalojas, la comerciante y hostelera Pilar Moreno lleva 21 años lidiando con cortes de luz, caídas de cobertura y averías constantes. La desconexión de estos días ha sido la gota que colma el vaso:
“Esto es la supervivencia de la supervivencia”, resume.
Asegura que se ven “totalmente desmoralizados e impotentes”, viviendo “con penurias, dificultades y como se pueda”.
Su balance de dos décadas es claro:
“Si no falla la luz, falla la cobertura; si no se cae un cable, se vuela una antena; si no es el invierno, es el verano por saturación”.
Sin Internet ni cobertura, los negocios dependen de datáfonos que no funcionan y de turistas que “vienen sin un duro” porque todos pagan con tarjeta.
Sobre la fibra llegada en 2022–2023, critica que se instalara toda en superficie:
“Como un tendido telefónico antiguo”, afirma, y añade que “el seguimiento ha sido nulo”.
Las promesas de digitalización y teletrabajo, asegura, han quedado en nada: “Publicidad, pero no realidad”.
“Impotencia” en Cantalojas
El alcalde de Cantalojas, Sergio Arranz, resume el sentir de su municipio en una palabra:
“Impotencia”.
Recuerda que llevan años reclamando algo tan básico como una luz estable y una cobertura mínima.
