Florido Corpus en Valverde de los Arroyos
Un año más los elementos han confluido para que la Octava del Corpus de Valverde de los Arroyos se haya podido celebrar con más esplendor que nunca: El Santísimo Sacramento ha evitado la lluvia, ha enviado algún que otro rayo de sol y ha facilitado el camino para que los ocho danzantes hayan recorrido el pueblo serrano, siempre bajo la batuta del botarga.
FOTOS: MIRIAM PÉREZ
Pasada la una de la tarde, tras la homilía, presidida por primera vez por el nuevo obispo diocesano, monseñor Ruiz Martorell, la comitiva salía de la iglesia de San Ildefonso con el gran pendón y el estandarte de la Cofradía de los Hermanos del Señor, los propios danzantes y la Sagrada Forma bajo palio de las autoridades locales.
Toda esta comitiva folclórico-religiosa desfiló, como es tradición, hasta la era, siempre bien vigilada por el Pico Ocejón. Al son de la gaita y el tambor, danzanes y botarga ejecutaron la danza de la Cruz. Allí recibieron la bendición del Santísimo. Seguidamente, la procesión continuaba por un Valverde engalanado por mantones y pequeños altares. Era el día de la fiesta grande. Una vez acomodada la Sagrada Forma en su templo, todos se desplazaron hasta la Plaza de María Cristina, donde prosiguieron con la danza de Los Molinos y El Cordón. Entre medias, la tradicional subasta de rosquillas y hasta la Rosquilla Reina que coronaba el ramo, elaboradas por las mujeres de la localidad. Más de una decena de pares que alcanzaron hasta los 50 euros la pareja.
Por la tarde, los danzantes bailaron a petición del público y el lunes continúa la fiesta de la Virgen de Gracia.