Su cercanía a Madrid, a poco más de una hora, la convierte en una escapada muy accesible para quienes buscan actividad al aire libre.

El recorrido discurre entre el Alto de San Julián y la isla del Castillejo, en la orilla del embalse. Está catalogado con dificultad K3, un nivel medio que resulta apto para personas con una condición física normal, pero no recomendable para quienes padezcan vértigo. A lo largo de unas tres horas, los participantes progresan por tramos verticales, pasos horizontales, cuatro puentes y una tirolina de unos 40 metros. Todo el recorrido está equipado con un cable de seguridad o “línea de vida” que permite avanzar con garantías.

La vía ferrata abre cada año entre el 15 de agosto y el 15 de enero. Este calendario está condicionado por la protección de las aves rapaces que nidifican en la zona, de modo que la actividad solo se permite en los meses en los que no se produce esa nidificación. El acceso está regulado por el Ayuntamiento de Sacedón, que establece una tasa de mantenimiento de 9 euros por persona. La reserva y el pago se gestionan a través del portal oficial de turismo municipal.

Los deportistas con experiencia pueden realizar el recorrido con su propio material técnico homologado: casco, arnés, disipador y mosquetones de seguridad. Para quienes se inician en esta disciplina, existen varias empresas de turismo activo autorizadas que ofrecen guías titulados, equipamiento completo y seguros obligatorios.

La experiencia puede ampliarse con otras actividades en el embalse de Entrepeñas, como rutas en kayak o paddle surf, lo que convierte a Sacedón en un destino de referencia para el turismo activo en el interior peninsular.

Además de la ferrata, merece la pena acercarse al patrimonio local. Destacan la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XVI, la iglesia de la Santa Cara de Dios, el Rollo de Trujillo, la estatua de la Mari Blanca y el monumento al Sagrado Corazón de Jesús. A pocos kilómetros, el monasterio cisterciense de Monsalud completa una visita cultural de gran interés. Pasear por las calles y plazas del municipio y probar la gastronomía alcarreña en sus bares y restaurantes es la mejor forma de cerrar la jornada