Todas ellas avalaron la enorme categoría de esta cita con la cultura, como festival de temática medieval más antiguo de España. El primer edil, como es tradición, fue el primero en vestirse de época, pero, como siempre, también el resto de vecinos cumplieron fielmente una práctica que, como resalta Ayuso, “se sostiene sobre una buena base, con niños que ya desde muy pequeños se disfrazan  de monjes, Botargas o nobles, sintiendo el espíritu del festival desde las edades más tempranas”. La labor de todos ellos, explicó, es impagable.

Son ellos los protagonistas de la Boda de Don Melón y Doña Endrina, así como en el combate de Don Carnal y Doña Cuaresma. 

Y es que desde primera hora el evento ya prometía ser muy especial. Tras el pregón inaugural, en la Plaza del Arcipreste, llena como nunca se ha visto, se celebró la Boda, un homenaje al Arcipreste de Hita con la representación basada en los personajes del Libro de Buen Amor y protagonizada por vecinos de la Villa.

Se trata de una dramatización del verso 981 del Libro de Buen Amor: “doña Endrina e don Melón casados en uno son”.

Juglares, cantaderas, danzantes y botargas, recrearon la ceremonia nupcial, acompañada por música, danza y narración oral con actores, grupos de folclore, vecinos de la villa, que brindan homenaje al Arcipreste de Hita y sus personajes.

Y, entre melodías medievales, bufones y saltimbanquis,  juglares, cuentos, representaciones teatrales y degustación de viandas tradicionales, en las tabernas y restaurantes de la Villa, llegó la tarde.

La Plaza del Arcipreste fue testigo del tradicional Alarde, con el Desfile hasta el Palenque de caballeros y doncellas, botargas y gigantes y las Cofradías de Don Carnal y Doña Cuaresma, al compás de la música y la animación.

Una vez allí ya estaba todo preparado para el Combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma, con los vecinos nuevamente de protagonistas, que dignificaron y mostraron su máximo respeto y admiración al Arcipreste de Hita a través de la representación basada en el Libro de Buen Amor.

Ellos dieron paso al combate, con ejercicios y juegos caballerescos: estafermo, anillas y venablos, a cargo de Legend Especialistas que, luego, por la noche, llevaron a cabo su lucha medieval y el espectáculo nocturno Los tres rituales.

Por su parte, Manuel Galiana puso en escena, en las ruinas de San Pedro, la obra Leonor de Aquitania, que narra los sinsabores de la que fuera reina de Francia e Inglaterra y madre de reyes; el relato de la vida de una mujer apasionante y precursora de la igualdad entre el hombre y la mujer.

Pilar Civera hizo un espléndido papel de la protagonista, pero no se quedaron atrás Manuel Galiana, con el de soldado; Marcos Pérez, que encarnó al Príncipe Juan, y Rita Liarte de princesa Alais. 

El domingo transcurrió entre el sonido de dulzainas, una exhibición de cetrería, así como un espectáculo familiar, con canciones infantiles y tradicionales con instrumentos de cocina, en la Plaza del Arcipreste, para dar paso a la clausura, en la Plaza del Arcipreste, a cargo del juglar Crispín d´Olot.