El embalse de Entrepeñas no estaba tan bajo en diciembre desde 1954, cuando se estaba llenando
El embalse de Entrepeñas no registraba niveles tan bajos en diciembre desde 1954, cuando todavía se estaba construyendo la presa. Desde la Asociación de Municipios Ribereños califican de “salvajada” la petición de un nuevo trasvase por parte de los regantes del SCRATS. “El embalse estaba preparado para cinco años de sequía, pero no para ser atracado”.
“En nombre del sentido común y del río Tajo exigimos el cierre definitivo del Trasvase”, clama el presidente de los ribereños, Francisco Pérez Torrecilla. “Si el ministerio accediera a trasvasar esos 60 Hm3 que piden desde Murcia, apenas quedaría un tres por ciento en el embalse descontando el cieno, ¿qué sería lo siguiente, nuestra propia sangre?”.
Con apenas 77 Hm3 en diciembre de 2017, únicamente en 1954 se obtienen peores registros, con 52,2 Hm3; con la salvedad de que en aquel año todavía se estaba llenando el embalse. Desde entonces, en 1994 se registraron unos 96,68 Hm3 que hasta la fecha suponían el punto más bajo. El año pasado, 129,9 Hm3 ya parecían pocos.
Buendía, aun estando igualmente bajo mínimos, sí estuvo peor en 1995, cuando se registraron 118,34 Hm3 frente a los 157 Hm3 de este diciembre. No obstante, en enero de 1996 se subió a 247 Hm3, repunte harto improbable para este 2018.
Y es que este año, aun siendo el menos lluvioso de la historia de los embalses, se han trasvasado oficialmente 82,5 Hm3 de agua, dejando Entrepeñas y Buendía a un paupérrimo 9,49 por ciento de su capacidad. Ya no caben excusas para trasvasar por debajo de los 400 Hm3, máxime cuando los embalses llevan cinco meses por debajo incluso de los 240 Hm3, raya por la cual incluso antes del nefasto Memorándum no se podían realizar trasvases.
“Nos han robado el agua, se ríen en la cara de los castellanomanchegos y de los madrileños, nos avocan al consumo por cisternas y al racionamiento del agua, mientras nuestros recursos naturales son vampirizados por industrias privadas que crecen y crecen de forma ilegal sin que desde Murcia o Moncloa nadie diga nada”, lamenta Pérez Torrecilla.
“Hablan de millones de árboles frutales cuando aquí son las personas las que se ven afectadas por los cortes de agua; pretenden culpar al resto cuando la verdadera culpa es suya por inflar una industria artificial que no tiene sostenibilidad alguna si no es con el dinero de todos los españoles; están fabricando hielo en el Sahara y nos culpan a nosotros por no pagarles los congeladores”.