El asesino de Pioz asestó 20 puñaladas en total con un arma de 30 milímetros
El autor confeso de las muertes de sus tíos y primos en agosto de 2016 en la localidad alcarreña de Pioz, Patrick Nogueira, acabó con la vida de sus familiares con un arma afilada de en torno a 30 milímetros de anchura con la que apuñaló en el cuello a sus víctimas, asestando al menos dos puñaladas, a su tía Janaina, otras dos a cada uno de sus primos pequeños y 14 más en el caso de su tío Marcos.
Entre los datos facilitados a lo largo de la jornada de mañana, destaca también uno que podría desmontar uno de los argumentos de la Defensa, que en sus alegatos había asegurado que la muerte de Marcos Campos, el padre de familia, se produjo tras un forcejeo con el acusado, Patrick Nogueira. Sin embargo, la prueba pericial parece descartar esta hipótesis. Según indicó el forense, lo habitual cuando una persona lucha por detener el ataque de un cuchillo es que se produzcan heridas en la palma de la mano. Sin embargo, en este caso tan sólo habría tres heridas y en el dorso, por lo que el forense no cree probable que hubiera un forcejeo por el arma. “Si hubo una defensa, fue mínima”.
Así se desprende de la declaración de peritos y forenses en la cuarta sesión del juicio que acoge la Audiencia Provincial de Guadalajara, donde se ha precisado que primero mató a su tía Janaina con sendas puñaladas en el cuello, una en la parte derecha y otra central.
En el caso de Marcos, los análisis revelaron que fue apuñalado hasta 14 veces, ocho en el lado derecho --dos de ellas penetrantes-- y otras seis en el lado izquierdo --cuanto penetrantes--.
Su prima pequeña, que contaba 4 años cuando ocurrieron los hechos, tenía dos heridas en el cuello comunicadas entre sí y presentaba cuatro incisiones, dos de ellas llegando a afectar las vértebras. El cuerpo del primo pequeño, por su parte, presentaba dos heridas de 34 y 45 milímetros, realizadas "con bastante fuerza".
También se han dado detalles de cómo se llevó a cabo el descuartizamiento de los dos adultos, que se realizaron a la altura de la cintura, en varios tramos y rotando los cuerpos en cada uno de ellos.
De otro lado, los facultativos del Servicio de Histopatología, que han declarado por videoconferencia, han dicho que no pudieron determinar a ciencia cierta si las heridas fueron producidas en vida o en muerte en cada uno de los casos debido a la putrefacción de los cadáveres.