
El agua almacenada en Buendía equivale a la que ocultan 17.000 balsas de riego que hay en Murcia
Dejando atrás las recientes lluvias, los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, ofrecen una imagen esperanzadora. Buendía, el mayor de los dos, roza hoy el 49% de su capacidad, almacenando 833 hectómetros cúbicos.
Esta cifra, aparentemente positiva, esconde una profunda paradoja cuando se compara con la situación en la región de Murcia. Tal como señalan desde la oficina de turismo de Sacedón, esta cantidad de agua embalsada en Buendía es "aproximadamente la misma que pueden esconder las más de 17.000 balsas de riego que hay repartidas por toda la Región de Murcia".
La reflexión desde Sacedón es contundente: "Imaginad lo que supone ocultar todo ese agua repartida, que a ojos del público no existe". Para dimensionar aún más esta realidad, añaden: "Sería esconder 833 diques como el de Pareja, para que nos hagamos una idea".
La imagen actual de un Buendía recuperándose contrasta fuertemente con la histórica reivindicación de los pueblos ribereños del Tajo, quienes denuncian cómo el trasvase Tajo-Segura coharta su desarrollo. La paradoja de que una cantidad equivalente de agua a la almacenada en un embalse clave como Buendía pueda estar dispersa en miles de infraestructuras de riego en otra región plantea serias interrogantes sobre la gestión y distribución de los recursos hídricos en España.
La crítica hacia el trasvase se intensifica al considerar cómo esta infraestructura, concebida para paliar la sequía en el Levante, ha supuesto un freno al crecimiento económico y social de los municipios asentados en la cabecera del Tajo. La merma constante de agua en los embalses, causada en gran medida por los envíos al Segura, ha afectado al turismo, la agricultura local y, en definitiva, al futuro de esta comarca.
La contundente comparación realizada desde Sacedón pone de manifiesto la necesidad de un debate profundo y honesto sobre el modelo de gestión del agua en España. ¿Es sostenible un sistema que prioriza el riego intensivo en una región mientras condena al declive a otra con la misma necesidad de desarrollo? La respuesta a esta pregunta es crucial para el futuro de la cuenca del Tajo y sus habitantes.