El Hospital Universitario de Guadalajara, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), acogía un curso dirigido a tutores de residentes organizado por la Unidad de Calidad, Investigación, Docencia y Formación del Área Integrada de Guadalajara. El curso pretendía mejorar su formación respecto a metodologías docentes (programación, planificación, desarrollo de programas, supervisión y evaluación del residente) adaptadas al contexto de Guadalajara y la singularidad de cada zona.

Centrado en competencias y evaluación por competencias, contaba con cerca de una treintena de participantes entre tutores y responsables de docencia de distintas especialidades Hospitalarias, Atención Primaria y Enfermería, además de jefes de estudio y residentes.

El curso, en el que se desarrollaron diferentes dinámicas de grupo y se plantearon supuestos prácticos y casos clínicos para desarrollar planes de evaluación por competencias, fue impartido por el profesor y asesor en Educación Médica, jefe de estudios de la Unidad Docente del Hospital de Cruces y presidente de la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada (SEFSE-Areda), Jesús Manuel Morán, así como por la Doctora en Pedagogía y profesora en la Universidad del País Vasco Pilar Ruiz de Gauna.

A lo largo del mismo, se pretendía que los tutores de los futuros profesionales sanitarios  aprendieran a ofrecer una formación renovada y adaptada a los cambios que plantea la sociedad y las particularidades de cada zona concreta. “Se trata de formar profesionales para una sociedad determinada en un momento determinado”, explicaba el doctor Jesús Morán, “insistiendo mucho en la fundamentación de un profesional para una sociedad del siglo XXI y para unas necesidades sociosanitarias determinadas, pues el programa que marca el Ministerio hay que adaptarlo a Guadalajara, que tiene unas necesidades o aspectos diferentes”.

Se trata, señalaba, de “formar al formador” para que el paciente mantenga la confianza con su médico y el sistema sanitario e inculcar que debe trabajar por y para la seguridad del paciente y con principios éticos por encima de todo, e insistiendo en valores como la humanización.

Por su parte, la jefa de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria, María Teresa Antoral, concluía que estos cursos responden a la necesidad de “estar al día y adaptarse a los cambios que la sociedad reclama”. Así, subrayaba que el profesional sanitario no debe ser evaluado sólo por sus conocimientos sino teniendo también en cuenta valores como “la ética, el profesionalismo, la capacidad de comunicación y las relaciones con los pacientes o con el resto del equipo” para alcanzar la excelencia profesional.