José Miguel Cócera llegó a a Yebes en 2007 con su familia procedente de Madrid. Tras 16 años en el municipio –tres de ellos en la oposición, cuatro de concejal de Desarrollo Local y Juventud, y ocho de alcalde, todos bajo las siglas del PSOE- renuncia a su acta de edil. Lo hace en una carta pública que dirige a los vecinos y sus compañeros de partido. 

“Hasta hoy, tras siete meses desde las últimas elecciones donde PP y Vox han conseguido gobernar”, expresa, dejando así paso a “un equipo de personas tras de mí que aúnan juventud y experiencia muchos compañeros y vecinos que apoyaron mi reciente paso por la última legislatura”.

 

Ha prestado un servicio del que está “orgulloso”.

Hace un repaso por los logros desde aquellos tiempos de “ciudad fantasma” hasta la reconocida marca de “municipio estrella”: Los equipamientos e infraestructuras, los servicios, la cultura, el deporte y la educación “nada tienen que ver con aquel municipio que recibimos en 2011 y que por no tener ni siquiera tenía biblioteca en Valdeluz. Igualita que la actual del edificio Multiusos”.

 

Asegura que su tarra “no ha sido fácil, porque gobernar es lidiar con un sapo diferente cada mañana y aun así hay que avanzar, buscar puentes”.

 

“Tenía que llegar al Pleno de los primeros Presupuestos municipales con la nueva corporación antes de pasar el testigo. Es el momento de que encare mi vida con otro rumbo. Son muchos los libros que esperan pacientemente el término de esta etapa. Las vidas y horizontes ajenos que siempre hurgan en nuestro propio jardín secreto, la lectura que tanto ansío. Una vida sencilla y fuera de los focos, dedicado a mi familia”.

 

Recuerda que llegó desde Madrid, enamorado de mi ciudad: “Me adapté rápido, nada más llegar, el pueblo nos encantó; no había nada, éramos ricos en silencio, en naturaleza, una joya para un urbanita”. Rememora cómo, junto a su esposa, fueron los primeros militantes de la futura Agrupación socialista. “Y entonces todo se encadenó. De repente estaba enfrascado en un camino, el de la política, que no surcaba como militante desde que tenía diecisiete años en plena Transición”.

 

“Lo siento por las estrellas”

 

Atrás quedan Expoastronómica y “tantas buenas obras”. Ahora es él quien quiere decidir sus días “y no estar al albur, como defendía el confesor de Sor Juana Inés, de “la ligereza de las afirmaciones y la osadía de las conclusiones”.

 

No deja de lado a sus detractores

“Desde hoy elijo mi camino, ciego a las intrigas y sordo a los rumores. Es el fin de la complacencia. No he visto la hoja roja que tan bien describió Delibes, más bien es un reencuentro, un nuevo comienzo, una cuestión personal”.

 

“Gracias a quienes confiasteis en mi trabajo. Gracias también a quienes elegisteis el insulto y la difamación. De todos se aprende algo. Asumo mis errores, que sin duda los hubo. Me quedo con lo mejor de estos años, las personas a quien pude ayudar, la simpatía recibida, las buenas almas con quien compartí temores y sueños, las obras, proyectos y servicios que perdurarán en la memoria colectiva. Son suficiente recompensa para mí. Todos sois testigos de lo construido y conseguido en estos años”.

“Voto de confianza”

Concluye el escrito dando un “voto de confianza” para sus compañeros.” En ellos aguarda un brillante futuro ante el vacío y la falta de proyecto de los actuales gobernantes”, añade.

 

“Depende de las personas que tomen las riendas así será el horizonte por conquistar, para que vuelva a renacer esta ciudad, este pueblo que tenemos por tierra chica, ellos serán la clave en tres años más. Yo paso hoy página, queda para otros el afán de cambio y la nostalgia de la grandeza perdida. Hasta siempre”.

Fuente: Nueva Alcarria