Así ha quedado el retablo de una iglesia alcarreña
adeta concedió una ayuda de 90.000 euros a esta obra, cuya inversión total ha ascendido a 150.000 euros.
La Iglesia Parroquial ‘Nuestra Señora de la Asunción’ del municipio de Romancos acogió el domingo pasado el acto de inauguración del retablo mayor que ha sido recuperado, restaurado y trasladado desde el seminario de Sigüenza con la ayuda Leader de la Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo-Tajuña (FADETA).
En total, el Grupo de Desarrollo Rural concedió 90.000 euros para la recuperación de esta obra que ha devuelto todo su esplendor a la Iglesia de Romancos y cuyos trabajos han supuesto una inversión total de 150.000 euros.
A la inauguración asistieron el Obispo de Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz Martorell, que bendijo el retablo; el delegado de la Junta de Comunidades en la provincia, José Luis Escudero; el delegado provincial de Agricultura, Ganadería de Desarrollo Rural, Santos Tabernero; la delegada provincial de Sanidad, Pilar Cuevas; y el párroco de Romancos, José Félix Bricio; además de numerosos vecinos y fieles.
El presidente de FADETA, Jesús Ortega, que intervino en el acto, ha resaltado la importancia de este majestuoso retablo, que constituye un ejemplo de la sobria grandeza del medio rural y de cómo el medio rural se implica en la recuperación y conservación de un patrimonio histórico y cultural que de otra forma se perdería”.
Asimismo, ha señalado que “desde FADETA existe un compromiso con la recuperación del patrimonio y siempre vamos a estar al lado de las entidades, organismos y asociaciones que lleven a cabo proyectos de este tipo”. “Las iglesias siempre las han construido los ciudadanos, no las han construido los obispos ni los sacerdotes, y ahora nos corresponde a todos mantener ese patrimonio”, indicó Ortega, quien añadió que “el hecho de que este retablo esté hoy en Romancos demuestra que las obras no son propiedad de los obispos y no son ellos quienes tienen que mantenerlas, sino que nos pertenecen a todos y todos podemos disfrutar de esta belleza”.
El retablo dorado, de estilo manierista del siglo XVII y autor desconocido, es una obra muy importante a nivel cultural y turístico, puesto que a su belleza se suman aspectos como sus grandes dimensiones y la complejidad en el tallado. En la Guerra Civil, la Iglesia de Romancos fue incendiada perdiéndose todo su patrimonio. Tras la guerra, se restauró la iglesia y, como medida provisional, se instaló un pequeño retablo procedente de un pueblo que había quedado abandonado, víctima de la despoblación. Paralelamente, el convento fransciscano de Paredes Albas también llevaba abandonado varios años y el Obispo de Sigüenza-Guadalajara decidió trasladar el gran retablo de dicho convento hasta el Seminario de Sigüenza que se acababa de restaurar. No obstante, debido a la crisis vocacional el seminario tuvo que cerrarse y el importante retablo iba deteriorándose hasta que se acordó su traslado a la Iglesia de Romancos.
“Parece que todo se ha confabulado para que este magnífico retablo hoy presida el altar de la Iglesia de este pequeño pueblo de 141 habitantes, un retablo que sin duda, es un premio a la insistencia y fortaleza de sus vecinos y una apuesta por el futuro y por plantarle cara a la despoblación”, remarca Jesús Ortega.
Esta es la segunda intervención que FADETA realiza en la Iglesia de Romancos, puesto que hace tres años también concedió una ayuda de unos 17.500 euros para la rehabilitación de la Iglesia y la restauración de la portada norte de estilo gótico, cuya inversión total ascendió a casi 28.000 euros.
La Iglesia de Romancos, construida entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI, está declarada Bien de Interés Cultural y es la edificación más singular y de mayores dimensiones de dicho municipio. Además de celebraciones litúrgicas, este espacio acoge diversas actividades culturales, como teatros, conciertos o conferencias, entre otros.