Amelia Serrano y su punto de cruz
Amelia Serrano es una almorcileña de corazón, nacida en Huete, provincia de Cuenca. En la villa alcarreña encontró, primero al amor de su vida, Pablo Polo, y después su lugar en el mundo.
Cuando tenía 12 años, tuvo que hacer frente a la muerte de su madre, y con ello desempeñar, ella sola, las labores de su casa. Amelia es la mayor de cuatro hermanos. Cuando falleció su madre, el más pequeño tenía 11 meses. Corría el año 1962. Así fue cómo la vida le arrebató la infancia y la posibilidad de seguir formándose, puesto que también tuvo que dejar la escuela. Quizá por eso ahora es una lectora voraz.
Con los años, se acabó aficionando a la costura, el ganchillo, llegando incluso a practicar corte y confección, a pequeña escala. Siendo una guapa y esbelta moza, conoció al que iba a ser su marido, el almorcileño Pablo Polo, en las fiestas de Carrascosa de Tajo. Fue en el mes de agosto del año 1971. “Nos quedamos sin coche para volver a Huete, y ellos, se ofrecieron a llevarnos a casa”, recuerda. Amelia lleva 48 años casada con Pablo.
Siempre curiosa, Amelia acudió a todos los cursillos de labores, punto de cruz y otros muchos que daba entonces Acción Católica en su pueblo natal. Y se aficionó a la costura. Durante muchos años ha tejido todo tipo de prendas, ha hecho labores punto clásico, y también punto de cruz. “Tiene su dificultad. Partes de una plantilla, de un gráfico, en blanco y negro, que luego te tienes que llevar al cuadro, en color”, explica, siguiendo los códigos que marca el modelo.
Hacer punto de cruz exige una gran atención visual, y, por eso, Amelia lleva ya unos años sin practicarlo, en detrimento de otras labores más benévolas con sus ojos, como el ganchillo, pero también de la lectura. Amelia acude a todos los actos culturales que hay en Almonacid, incluida naturalmente, la tertulia literaria semanal en la biblioteca del pueblo.
Después de vivir muchos años en Navalmoral de la Mata, la pareja, tras la jubilación de Pablo, hizo casa en Almonacid, donde ahora residen buena parte del año. Sólo en invierno, se marchan a Guadalajara capital.
Su trabajo de todos estos años, 16 cuadros que fue elaborando en los años 80, 90 y los primeros 2000, es el que ahora expone en la sala de exposiciones itinerantes del Espacio Cultural El Molino de Almonacid de Zorita. Fue su marido, Pablo, quien la animó a hacerlo, y también África López, la informadora turística del lugar. Ahora, está encantada con la respuesta de sus paisanos.
La temática es variopinta. Están las cuatro estaciones del año, una niña en la playa, motivos florales y vegetales, animales… Todo un derroche de creatividad y paciencia.
Sin duda merece la pena acercarse a conocer la muestra de Amelia, y a través de ella, algo más de la personalidad abierta y jovial de esta almorcileña de Huete. La muestra se puede ver en el Espacio Cultural El Molino de Almonacid los viernes, de 16 a 20 horas, el sábado, de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas, y el domingo, de 10 a 14 horas.