Un año más, Nueva Alcarria demostró su gran poder de convocatoria en la sociedad guadalajareña. La XXXV edición de los Premios Populares se celebró este martes en el teatro auditorio Buero Vallejo en una gala que se prolongó durante unas dos horas y media. Hubo risas, agradecimientos, emoción, aplausos... pero el sentimiento que predominó durante toda la noche fue la alegría del reencuentro. Porque muchos recordaron cómo hace tres años, en marzo de 2020, la gala de entrega de estos premios se suspendió ante el avance de un virus cuyo alcance real desconocíamos entonces. El martes, premiados, autoridades, familiares, amigos, vecinos... se dieron cita en este evento tan esperado en la provincia, una vez superados ya estos años tan difíciles de distanciamiento social y saludos con los codos. Volvieron los besos, abrazos y las charlas cercanas en un escenario único.

 Los invitados fueron llegando al teatro hacia las 18.00 horas, por lo que aprovecharon esa media hora antes del inicio del espectáculo para disfrutar de la compañía, saludar a los que hacía tiempo que no veían y felicitar a los que fueron los grandes protagonistas de la tarde: los galardonados. 

Las autoridades locales, provinciales, regionales e incluso nacionales también se dejaron ver por el ‘hall’ del imponente teatro. El alcalde de la ciudad, Alberto Rojo; el presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido; la consejera de Bienestar Social, Bárbara García; el delegado de la Junta de Comunidades, Eusebio Robles, estuvieron entre los asistentes, sin olvidar a la presidenta del Consejo de Estado, Magdalena Valerio, quien además fue premiada como Popular de Honor. Ejerció de anfitrión Félix Abánades, editor de Nueva Alcarria, junto al presidente del Consejo de Administración, Miguel Bernal; el director general Alfredo Palafox y el director adjunto Pedro Villaverde.

Los premiados tuvieron su lugar especial en el escenario durante la primera parte de la gala. Esa ubicación les permitió ser testigos de excepción del desarrollo de la misma, que estuvo conducida una vez más por Miriam Pérez y Alberto Moreno, compañeros periodistas de Nueva Alcarria. Miriam Pérez deslumbró con un vestido azul eléctrico Frunce Plumas  Largo del diseñador de Marchamalo Juan Carlos Pajares, de la colección que presentó en septiembre en la Madrid Fashion Week y que elaboró en colaboración con artesanos de Castilla-La Mancha. Los presentadores fueron dando paso de forma ágil a los premiados, intercalados en la mitad de la entrega con una píldora de la actuación del humorista Jordi Merca y el músico Mario Martínez. Fue suficiente para dejar al público con ganas de más, por lo que nada más terminar con los premios, regresaron al escenario para hacer reír y cantar a los asistentes. 

Entre los premiados hubo mucha emoción, pero ésta desbordó aún más con algunos de los galardonados. Fue el caso de Sonia Pérez Díaz, primera mujer catedrática de Matemáticas en la Universidad de Alcalá de Henares. El techo de cristal que Pérez ha roto gracias a su esfuerzo académico recibió un largo aplauso de parte de todo el auditorio, algo que conmovió sin duda a la homenajeada. También recibió un intenso aplauso José Antonio Suárez de Puga, escritor, poeta, ensayista, cronista oficial de Guadalajara... A sus 87 años, no dudó en compartir con los guadalajareños este sentido homenaje en esta noche tan especial. La madre de Laura Galán, Lola Montijano, recogió el premio en nombre de su hija y recibió el difícil encargo de trasladar a la actriz el caluroso aplauso del público guadalajareño. Y también el Club Deportivo Guadalajara, que subió al escenario con su tan cantado himno, emocionó al público, tal y como quedó demostrado en el fuerte aplauso de los asistentes. 

Sin duda, hubo muchos momentos para el recuerdo difíciles de captar, pero la foto de familia de los premiados sin duda ayudará a que esos sentimientos perduren en el tiempo.

La gala terminó con muchas risas y también con un cocktail de despedida en el ‘hall’ del teatro auditorio Buero Vallejo.  Grupo Lino y Finca Río Negro fueron los encargados de ofrecer suculentos bocados y buen vino a los asistentes a la gala. Además, Fundación Nipace desplegó en la entrada del teatro una mesa en la que se podían adquirir los productos de su tienda solidaria.

De esta forma, un año más, se cerró el telón de unos premios que forman parte ya de las citas indispensables de Guadalajara y su provincia.