De nuevo, sin telefonía ni Internet
La cara del alcalde de Luzaga, José Luis Ros, es fiel reflejo de la de sus vecinos: de indignación. “Estamos cabreados, llevamos 15 días sin teléfono ni Internet”, denuncia en voz alta. ¿Desde cuándo?, le preguntamos. Con ironía dice: “¡Desde que existe el teléfono fijo!”. Y la cuestión va más allá: “Ya no es que no haya señal, sino que cuando la hay, de golpe, desaparece, dime qué hacemos; con las cosas de comer no se juega”.
Movistar es la compañía responsable de que cada dos por tres tengan cortes intermitentes que, por ejemplo, arruinan el trabajo que se está haciendo en el Ayuntamiento así como el de una quincena de vecinos que se lleva, virtualmente hablando, su empresa a la localidad aprovechando la temperatura agradable del verano. “Tenemos Internet y no sirve para nada porque la situación obliga a que los mismos que llegan a la localidad se tengan que marchar en busca de una señal que aquí no hay”, lamenta. Unos a Guadalajara, donde residen. Otros, a Sigüenza y municipios cercanos.
Desde la nave de un vecino realiza las gestiones con una rayita de cobertura. Desde ahí habla con Movistar, la compañía encargada de dar servicio, y, aunque no es de su competencia, hace lo propio con el director general para la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones, Rafael Ariza, para ver si le puede echar un cable en un asunto que no compete a ninguno de los dos. “…Y nada, nada de nada”, remarca visiblemente molesto.
El primer edil no sabe la de reclamaciones que han puesto los vecinos.”Si pudiéramos hacer una lista de denuncias sobre incidencias –solo el Ayuntamiento ha enviado 15 ó 20, a las que se suman las de los clientes normales- agotaríamos la memoria de un ordenador de la NASA ”.
Ros ve cómo los técnicos vienen y van, pero la cosa no mejora. “Ayer a las ocho estaban en la puerta de mi casa para nada. Y hoy estamos en lo mismo”.
“Los vecinos es fundamental que estén atendidos porque tienen perfecto derecho a estar comunicados en el siglo XXI, es un poco indignante, no concuerda para nada con los mensajes que permanentemente se envían relativos a que las telecomunicaciones van a ser primordiales en estos pueblos”, remata.
Pero no es el único incidente acaecido. En el mes de abril la línea sufrió tres cortes y el robo de 150 metros de cable el día de Jueves Santo. Había sido cortada en tres puntos diferentes y además se había producido el robo de 150 metros de cable desde el poste 17 al 20.
Esto provocó, entre otras cosas, que los propietarios de los establecimientos hoteleros de la localidad no pudieran ofrecer ciertos servicios durante la Semana Santa, aunque por fortuna pudieron usar los datáfonos para cobrar vía radio. En el caso de los vecinos particulares, que algunos de ellos estaban teletrabajando desde la localidad, tuvieron que recurrir al teléfono móvil para paliar esta carencia.