El intercambio que trajo la fortuna de Alicante al barrio de los Manantiales
"Recordaba haberlo colocado porque era un número muy curioso", explica una de las loteras de la administración de la calle la Isabela tras repartir el 77.715.
La magia del Sorteo Extraordinario de Navidad ha vuelto a hacer una parada en la provincia de Guadalajara, dejando un rastro de alegría en una de las zonas más populares de la capital. En una mañana de gran intensidad emocional, el número 77.715, agraciado con uno de los quintos premios, ha bañado de fortuna a los vecinos del barrio de los Manantiales a través de la administración de lotería ubicada en la calle la Isabela.
Para María de los Ángeles Tejedor y sus hijas, el sorteo de este año supone un hito en su trayectoria profesional. Pese a llevar poco tiempo al frente del establecimiento, su deseo de repartir un premio mayor se ha cumplido de la manera más sorprendente. El anuncio del premio pilló a las responsables en plena faena, con el local concurrido, cuando la cifra apareció en el televisor. Fue entonces cuando la agudeza visual y la memoria de la hija mayor de María de los Ángeles jugaron un papel clave.
“Tengo el recuerdo muy nítido de haber gestionado ese número hace solo unos días”, relata la lotera. El décimo no era una consignación directa, sino el fruto de un intercambio con una administración de Alicante. Tras una rápida comprobación informática, la euforia estalló tras el mostrador: el 77.715, ese número que les resultaba "tan curioso", era efectivamente suyo.
La tendencia de la lotería viajera
El éxito de este premio en Guadalajara subraya el auge de los intercambios estivales entre administraciones de distintas provincias. Esta red de colaboración nacional permite que números de la costa o de grandes capitales terminen en barrios como los Manantiales. "A nuestros clientes les encanta comprar números de fuera sin tener que viajar, y este sistema nos permite que la suerte sea mucho más compartida", señalan desde el despacho de la Isabela.
Un décimo vendido a última hora
La historia de este quinto premio tiene además un componente de azar extremo. Aunque se ha vendido al menos una serie completa, uno de los décimos se despachó "in extremis" el pasado sábado. Según recuerdan las hermanas Tejedor, un cliente solicitó específicamente una terminación en 15 y se llevó el último boleto disponible con esa cifra. Un detalle que confirma que, en la lotería de Navidad, la fortuna espera a veces hasta el último minuto del cierre de ventanilla.
